jueves, 15 de marzo de 2012

Bienvenido 6º grado

Espero que les guste trabajar a través de este blog y que me ayuden con sugerencias.
Como les dije el 1º trabajo práctico es sobre El espacio
Lo que tienen que hacer es buscar imágenes de distintos tipos de espacios, entendiendo como espacio un lugar físico ; puede ser abierto o cerrado, imaginario o real.
Para darles una idea vean las pinturas de Remedios Varo, Escher y Duy Huynh.
Las imágenes tienen que estar impresas en lo posible y si no en las máquinas en una carpeta que diga plástica 2012 y el nombre de ustedes así los pueda copiar para corregirlo.
Mucha suerte y espero que esta nueva manera de trabajar los entusiasme para investigar y trabajar con más ganas.
La seño de plástica

1 comentario:

  1. TP Nº 2
    LEER CON ATENCIÓN LAS SIGUIENTES HISTORIAS , EN ELLAS SE DESCRIBEN CIUDADES IMAGINARIAS
    1º ELEGIR UNA DE ELLAS Y DIBUJARLA
    2º DISEÑAR UNA CIUDAD IMAGINARIA
    SE PUEDE USAR CUALQUIER TIPO DE MATERIAL INCLUSO RECORTES DE REVISTAS.

    LAS CIUDADES INVISIBLES - ÍTALO CALVINO

    LAS CIUDADES SUTILES. 2
    Ahora diré de la ciudad de Zenobia que tiene esto de admirable: aunque
    situada en terreno seco, se levanta sobre altísimos pilotes, y las casas son de bambú y
    de zinc, con muchas galerías y balcones, situadas a distinta altura, sobre zancos que
    se superponen unos a otros, unidas por escalas de cuerda y veredas suspendidas,20
    coronadas por miradores cubiertos de techos cónicos, cubas de depósitos de agua,
    veletas, de los que sobresalen roldanas, sedales y grúas.
    No se recuerda qué necesidad u orden o deseo impulsó a los fundadores de
    Zenobia a dar esta forma a su ciudad, y por eso no se sabe si quedaron satisfechos
    con la ciudad tal como hoy la vemos, crecida quizá por superposiciones sucesivas del
    primero y por siempre indescifrable diseño. Pero lo cierto es que si a quien vive en
    Zenobia se le pide que describa como vería feliz la vida, es siempre una ciudad como
    Zenobia la que imagina, con sus pilotes y sus escalas colgantes, una Zenobia quizá
    totalmente distinta, flameante de estandartes y de cintas , pero obtenida siempre
    combinando elementos de aquel primer modelo.
    Dicho esto, es inútil decidir si ha de clasificarse a Zenobia entre las ciudades
    felices o entre las infelices. No tiene sentido dividir las ciudades en estas dos
    especies, sino en otras dos: las que a través de los años y las mutaciones siguen
    dando su forma a los deseos y aquellas en las que los deseos o bien logran borrar la
    ciudad o son borrados por ella.

    LAS CIUDADES SUTILES. 3
    Si Armilla es así por incompleta o por haber sido demolida, si hay detrás un
    hechizo o sólo un capricho, lo ignoro. El hecho es que no tiene paredes, ni techos, ni
    pavimentos: no tiene nada que la haga parecer una ciudad, excepto las cañerías del
    agua, que suben verticales donde deberían estar las casas y se ramifican donde
    deberían estar los pisos: una selva de caños que terminan en grifos, duchas, sifones,
    rebosaderos. Contra el cielo blanquea algún lavabo o bañera u otro artefacto, como
    frutos tardíos que han quedado colgados de las ramas. Se diría que los fontaneros
    han terminado su trabajo y se han ido antes de que llegaran los albañiles; o bien que
    sus instalaciones indestructibles han resistido a una catástrofe, terremoto o corrosión
    de termitas.
    Abandonada antes o después de haber sido habitada, no se puede decir que
    Armilla esté desierta. A cualquier hora, alzando los ojos entre las cañerías, no es raro
    entrever una o muchas mujeres jóvenes, espigadas, de no mucha estatura, que
    retozan en las bañeras, se arquean bajo las duchas suspendidas sobre el vacío, hacen
    abluciones, o se secan, o se perfuman, o se peinan los largos cabellos delante del
    espejo. En el sol brillan los hilos de agua que se proyectan en abanico desde las
    duchas, los chorros de los grifos, los surtidores, las salpicaduras, la espuma de las
    esponjas.
    La explicación a que he llegado es ésta: de los cursos de agua canalizados en
    las tuberías de Armilla han quedado dueñas ninfas y náyades. Habituadas a
    remontar las venas subterráneas, les ha sido fácil avanzar en su nuevo reino acuático,
    manar de fuentes multiplicadas, encontrar nuevos espejos, nuevos juegos, nuevos
    modos de gozar del agua. Puede ser que su invasión haya expulsado a los hombres, o
    puede ser que Armilla haya sido construida por los hombres como un presente
    votivo para congraciarse con las ninfas ofendidas por la manumisión de las aguas. En
    todo caso, ahora parecen contentas esas mujercitas: por la mañana se las oye cantar.

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